La leyenda de mi hermana recorre estos tiempos de incertidumbre.
No lo sé.
Está enfermo de amor.
En la Habana el príncipe llamó a consultas al embajador en la embajada.
Dámelo.
Eso se lava con bicarbonato.
La pera y la uva anuncian un otoño de atardeceres sangrientos y melancólicos de amores deshojados.
¿Vienes conmigo a Madrid al médico?
¿Me das la palabra en el debate?
¿O sigues murmurando de mí como una cualquiera?
¡Ay! de la vida exclamas.
y nadie te responde bien de verdad.
viernes, 9 de febrero de 2018
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